sábado, 18 de abril de 2009

Sin miedo

La semana pasada acudí, dentro de un ciclo de conferencias a propósito de los 400 años de la expulsión de los moriscos en España, a una ponencia del profesor alacantino Lluís Bernabé Ponts. En ella, este expero en arabismo intentó desvelar las causas por las que históricamente Occidente ha sentido recelo por la figura de Mahoma, el profeta por excelencia del Islam.

Eso me hizo pensar en que hace algunos meses estalló una polémica más sobre el tratamiento del islam, sus valores y sus figuras en la cultura occidental: la periodista estadounidense Sherry Jones publicó un libro, La joya de la Medina, sobre la esposa favorita de Mahoma, Aisha.

Mis felicitaciones por su valor, señora Jones. Ójala todos los periodistas tuvieran el valor de decir lo que opinan sin temor a las consecuencias. La libertad de expresión cada vez se paga más caro. Incluso con la muerte. Hace algunos años, el traductor al japonés de la obra sobre el Islam Versos Satánicos, de Salman Rushide, fue asesinado. Su autor, amenazado de muerte.

Me imagino que usted, señora Jones, ya debe haber sido amenazada. Incluso quizás ya ha sufrido algun atentado fallido que no ha querido revelar. Se dice que usted no tiene muchos conocimientos sobre árabe y que, por lo tanto, el libro puede carecer de cierto rigor histórico. No lo sé, la verdad, pero esa no es la cuestión.

Lo que importa es que lo más debe enfurecer a esos radicales es que no sólo toca la figura del Islam, sino que lo hace des del punto de vista que, con perdón por la expresión, más les putea: la mujer y su papel en dicha cultura.

Ójala lo haya escrito verdaderamente por la causa femenina en el islam.
Ójala no lo haya escrito por simple atención mediática.
Y ójala no lo tenga que pagar caro.

(ójala proviene del árabe, y significa lo quiera Alá)

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