sábado, 23 de mayo de 2009

La ventana hacia Egipto

Leí Dioses, tumbas y sabios de C.W. Ceram demasiado temprano: a los 14 años. Confieso que me enteré de bien poca cosa. Pero me ocurrió lo que sucede con este tipo de libros, que cuando lo vuelves a leer al cabo de unos años (mi segunda lectura fue a los 19). Fue como si abriera una ventana que nunca había abierto porque mis brazos no podían hacerlo, débiles por una tierna edad.

No sé si esta obra maestra se puede englobar en la categoría de ensayo, la verdad. Si no es así, quizás no he leído un ensayo jamás... Sea cual sea su categoría, cambió mi vida y descubrió unas de mis grandes pasiones: la historia, la arqueología y la mitología, especialmente del antiguo Egipto.

A partir de esta obra de C.W. Ceram me gusto por la literatura cambió considerablemente. Pasé un tiempo, cerca de un año, leyendo exclusivamente novela histórica del antiguo Egipto. Fue así cómo descubrí a Christian Jacq y su saga Ramsés, o El mestre de Kheops d’Albert Salvadó.
Y, obviamente, también me enriqueció culturalmente. Es un libro que te aporta grandes conocimientos y también las opiniones de un experto en la materia, alguien que, por cierto, también se dedicó a la profesión periodística, mundo al cual también yo aspiro a entrar.

Cuando en primero de Bachillerato le comenté a mi profesora de latín que había leído este libro y que me había resultado denso, ella me animó a volver a leerlo. Así hice y me alegro por ello, porque me abrió las puertas a un mundo infinito, que aunque no sea a lo que me quiero dedicar en un futuro cercano, sé que me acompañará vaya a dónde vaya.


¡Soldados, des de lo alto de estas pirámides cuarenta siglos os contemplan!

1 comentario:

  1. Suposu que sempre hi ha excepcions, no? Quan vegi la pel·lícula ja et diré, ok?

    Besos

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